La eyaculación precoz (EP) se define por 3 características básicas: la corta duración de la relación sexual, la incapacidad para controlar el momento de la eyaculación y la angustia asociada a este problema, tanto para el afectado como para su pareja.
Se puede crear un círculo vicioso en el que la reacción emocional del paciente y la pareja a la EP puede exacerbar y perpetuar el problema. Los varones con EP suelen sentir que decepcionan a su pareja y que la calidad de su relación mejoraría si no tuviesen la patología.
Para el hombre la EP supone angustia, sensación de incapacidad de satisfacer a su pareja y falta de confianza para afrontar las relaciones sexuales. Para la mujer es sentimiento de culpa y frustración, baja autoestima y presión ante las relaciones sexuales. La EP es un problema frecuente y angustioso que casi siempre dura toda la vida.
Debido a la afectación en la autoestima y a la inseguridad que conlleva la eyaculación precoz, hay hombres que no acuden al médico. Los motivos que llevan a este tipo de comportamientos pueden ser debido a los prejuicios o la vergüenza. Muchas veces son las mujeres quienes plantean la conveniencia de acudir y buscar tratamiento para este trastorno.
Actualmente existen tratamientos orales y anestésicos tópicos, además de tratamiento psicológico y conductual que pueden ayudar a los hombres que sufren Eyaculación Precoz y a sus parejas. En cualquier caso, siempre es recomendable consultar con su médico sobre las posibles soluciones a este trastorno.
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