Más de la mitad de los hombres con diabetes sufren disfunción eréctil, la frecuencia es hasta 3 veces mayor que en los hombres sin diabetes.
La disfunción eréctil es la incapacidad para alcanzar o mantener una erección suficiente como para tener una relación sexual satisfactoria. Por tanto, esta situación genera insatisfacción y puede afectar a la calidad de vida y a la autoestima de quienes la sufren, y de sus parejas.
Tener diabetes aumenta dos o tres veces el riesgo de tener disfunción eréctil. Además, se ha observado que en comparación con hombres sin diabetes los diabéticos pueden sufrir disfunción eréctil entre 10 y 15 años antes.
La diabetes es una enfermedad que puede dañar a los nervios y a los vasos sanguíneos (capilares, venas y arterias) presentes en los órganos sexuales.
Para que se produzca la erección es necesaria una estimulación sexual inicial que pone en marcha una serie de reacciones en cadena. Esto favorece la relajación de la musculatura del pene permitiendo que circule la sangre necesaria para iniciar y mantener la erección.
Los factores relacionados con la diabetes que influyen en el grado de gravedad de la disfunción eréctil son tres principalmente: el control de la glucemia, la duración de la diabetes mellitus y las propias complicaciones de la diabetes.
De los tres factores, a nivel individual, solo se puede actuar sobre el primero, es decir, mantener un buen control de los niveles de glucosa en sangre puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir disfunción eréctil.
Es importante tener en cuenta que puede haber otros problemas que provoquen la disfunción eréctil aparte de la diabetes, como, por ejemplo, tener una presión arterial alta, abusar del alcohol, enfermedades de los vasos sanguíneos o incluso puede estar provocada por algunos medicamentos. Por ello es necesario acudir a un médico que después de una evaluación completa puede ayudar a encontrar el tratamiento más adecuado.
Otras recomendaciones generales que pueden ayudar a prevenir problemas sexuales son evitar el consumo de alcohol, no fumar, mantener una vida activa y llevar una dieta saludable.
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