La eyaculación precoz tiene unos criterios diagnósticos definidos que conviene conocer si creemos sufrir este trastorno. Si quieres saber si lo sufres o no, este artículo te interesa.
El criterio diagnóstico principal de la eyaculación precoz es un tiempo de eyaculación muy corto, falta de control y angustia. Las dos formas claramente distinguibles de la eyaculación precoz son dos. En primer lugar, la eyaculación precoz primaria o de por vida, que se produce ya desde su primera experiencia sexual. Y en segundo lugar, está la llamada eyaculación precoz adquirida, que se da en algún momento de la vida del paciente, habiendo tenido previamente eyaculaciones normales, y generalmente suele estar relacionada con problemas urológicos, sistémicos o psicológicos.
Cuando un médico quiere diagnosticar el tipo de eyaculación precoz a la que se enfrenta, se pide a los pacientes y a sus parejas que determinen el tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (TLEI). Este es el tiempo que tarda el hombre en eyacular cuando hay penetración vaginal . En casos de la eyaculación precoz de por vida suele ser menor a un minuto, llegando incluso a producirse antes de la penetración.
Además, los médicos suelen realizar una exploración física para intentar identificar cualquier anomalía anatómica que se pueda asociar al trastorno. El diagnóstico también debe intentar identificar cualquier otra disfunción sexual, por ejemplo, la disfunción eréctil, que puede estar presente. Normalmente no se precisan pruebas analíticas para diagnosticar la eyaculación precoz.
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