Estos son los 4 factores que se valoran para definir la eyaculación precoz: tiempo hasta la eyaculación (TLEI), capacidad para controlar la eyaculación, estrés ante las relaciones íntimas y problemas para relacionarse por miedo a mantener relaciones.
Para diagnosticar la eyaculación precoz el médico se basa principalmente en la historia clínica y sexual del paciente. Para ello le preguntará por su estado de salud, tratamientos y hábitos (p. ej. consumo de drogas, tabaco, alcohol…), y necesitará conocer diferentes factores relacionados con su vida sexual como, por ejemplo, si le pasa desde siempre o más bien en momentos puntuales, entre otras cuestiones.
De esta manera se define el tiempo que tarda un hombre en eyacular desde que empieza la penetración. Esta medida por sí sola no sirve para decidir si un hombre tiene o no eyaculación precoz, porque la sensación de control sobre la eyaculación también tiene un papel importante, pero se ha observado que el TLEI está muy relacionado con el nivel de satisfacción en las relaciones sexuales.
Hay unos cuestionarios específicos que permiten al médico conocer el grado de satisfacción sexual, control y angustia, aunque estos no se utilizan habitualmente en consulta.
Se han definido cuatro tipos de eyaculación precoz:
Recordamos que lo ideal, si cree que puede padecer eyaculación precoz, es acudir a un médico especialista (médico sexólogo, urólogo, andrólogo…), ya que éste será la persona indicada para el tratamiento de esta dificultad. Tan solo el 9% de los afectados por esta dificultad sexual acuden a un especialista, y es aquí donde se puede encontrar una solución para la eyaculación precoz.
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