Probablemente has estado en alguna reunión de amigos en la que se habla de las relaciones sexuales con naturalidad, se cuentan anécdotas divertidas de ciertas situaciones, e incluso se describen, a veces entre los dos, episodios que dejan entrever que la pareja que los relata tienen un grado de complicidad y de frecuencia de encuentros sexuales que hacen que te preguntes si entre tu pareja y tú las “cosas” marchan bien.
Tal vez no quieras entrar en conflicto y prefieras no hablar de este tema; al fin y al cabo crees que con el tiempo no es tan importante tener relaciones sexuales como al principio, y que realmente vosotros estáis muy bien “porque todos no tenemos que ser iguales”. Además, las últimas veces que habéis tenido un encuentro sexual os ha costado empezar, como si no estuvierais tan apasionados, o como si no fuera “adecuado” mostrar tanta pasión (“¿Qué pensará de mí si…?”).
Es cierto que, con el paso del tiempo, y con las experiencias y conflictos de la cotidianeidad que se resuelven en pareja, se va ganando en confianza y respeto mutuo, lo cual favorece un aspecto muy importante de la relación de pareja: la amistad.
En otros casos se establecen roles entre los miembros de la pareja, que de forma inconsciente hacen que cada uno actúe como cree que el otro espera que lo haga, lo que limita la capacidad de innovación.
Ninguno de los escenarios anteriores favorece la erótica, pues ésta requiere un grado de sorpresa, originalidad, novedad, creación, incluso improvisación, palabras todas que recuerdan a las primeras etapas de la relación de pareja, cuando no había ese grado de conocimiento mutuo.
Si estáis dispuestos a que vuestra amistad no arrincone vuestra erótica, hay unos cuantos detalles que tenéis que tener en cuenta:
– Por mucho que creas conocer a tu pareja y sus reacciones, nadie actúa igual siempre ni piensa del mismo modo ante las circunstancias, porque tampoco éstas son idénticas. La mejor forma de saber qué piensa tu pareja es preguntándole cada día. Además de sorprenderte gratamente con sus respuestas, le das la oportunidad de elegir, sin obligarle a que tenga que interpretar siempre el mismo rol.
– Permítete igualmente salirte del guión, hacer cosas diferentes a lo que crees que se espera de ti. La originalidad puede ser muy agradable y divertida, sobre todo cuando se tiene en cuenta a la otra persona.
– En una buena relación de amistad el compartir es fundamental. Las relaciones sexuales mejoran la autoestima de las personas y refuerzan la intimidad de la pareja, pero lo mejor de ellas es que proporcionan placer compartido.
– Podéis aprovechar vuestra excelente relación para ampliar los campos en los que ponerla en práctica. Habla de sexo con tu pareja, cuéntale lo que te gusta y planificad juntos momentos y circunstancias para compartir. Seguro que planificáis otras modalidades de ocio con éxito.
– Abre tu mente, a lo que oigas, a lo que desees, a innovar en los lugares, en los juegos, en las prácticas, y sobre todo anímate a compartirlo con tu mejor amigo/a.
Recuerda que cada pareja es diferente y lo ideal no es lo que les ocurre a vuestras amistades, sino lo que podéis construir entre tú y tu chico/a, incluso con imperfecciones.
ESTAMOS EN FACEBOOK
Prueba